Durante toda una vida y como todos he visto infinidades de casas, unas pequeñas y otras grandes, unas mansiones y otras muy humildes, unas alejadas y otras cerca, en fin, casas por doquier pero en medio de las diferencias todas tienen algo en común.
¿Qué podrían tener en común una casa grande de una pequeña? Responder que hay personas sería absurdo porque para eso están las casas para que sean habitadas, lo que realmente tienen en común es algo distintivo y valioso, una reliquia u objeto precioso llamado adorno.
El adorno es como una pieza que embellece cierto lugar y todas las casas tienen algo especial, los cuartos, los baños, en cada lugar de la casa hay un objeto especial; en la sala hay un cuadro costoso, un florero hermoso, un juego de muebles en el que nadie se sienta o un juego de comedor en el que no come nadie; en el cuarto están los afiches del joven, los trofeos y las medallas que ha ganado, el X Box y el PC; en el estudio tenemos una biblioteca que no terminamos de leer y en el baño un espejo intocable que es tratado como el espejito mágico de Blanca Nieves.
Lo particular y común que tienen estos adornos es que representan tanto valor para el dueño que está terminantemente prohibido que alguien las toque, nos enfadamos si alguien pasa su mano por ese adorno y en ocasiones nos encantaría escribir un cartel que diga “mirar y no tocar”
Escrudiñando uno de mis adornos personales encontré algo muy especial y es que alguien nunca ha sido ni será egoísta o estricto con el trato de su adorno más precioso:
“La santidad es para siempre el adorno de tu casa” salmo 93-5 Ese es el adorno de nuestro padre porque sencillamente el no es santo… es SANTO, SANTO, SANTO en ningún lugar dice
que él es amor, amor, amor es tres veces santo es un atributo tan increíble que le permite sin discusión alguna y por decisión unánime ser el campeón de la santidad.
Es como si un equipo de futbol ganara el campeonato, en la sede del club el adorno es el trofeo que con mucho esfuerzo lograron; así mismo en la casa del señor reposa el trofeo de la santidad. Pero a diferencia de nosotros que no queremos que nadie toque nuestro adorno Dios nos ha permitido tocar ese precioso trofeo de santidad a través de “JESUS”; para eso lo envío para que pudiéramos ver, tocar, y sentir ese trofeo como nuestro a pesar de no haber hecho nada por él. ¡Dios es 100% santo y por eso tiene la ventaja para tener este trofeo! Podrían decir, pero su hijo bajo humano a revalidar el título del padre –quien me ha visto a mí ha visto al padre que me envío! 33 años viviendo en completa santidad, suficientes razones para hacerlo merecedor del adorno preciado. No conformándose aún al retornar a su hijo nuevamente al trono nos dejó esa porción de su adorno, porque Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo y este a su vez lo dio como cabeza de todo a la iglesia, esta que es su cuerpo es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.
Ese trofeo o por lo menos una parte reposa en la iglesia porque la iglesia es la sede del equipo campeón siendo Cristo la cabeza de ese equipo; pero cuando los equipos ganan el trofeo va a la sede y los jugadores que… nunca se van con las manos vacías, se llevan una medalla para que sea su adorno y cada vez que la vean recuerden ese triunfo, gritos de júbilo y saber que son campeones. “Tienes la medalla de la santidad” nunca olvides eso, eres un campeón de la santidad ese tiene que ser el adorno de tu casa, pero compártelo como lo compartieron contigo no se te olvide que la victoria fue de él y nos ha dado de ella, cuando lleguen a tu casa no te jactes ni seas presumido con la medalla que Dios te dio, compártela y dile como puede ganar una de seguro que Dios va a estar complacido de compartir.
“EL ADORNO DE SU CASA”
RODOLFO CAMARILLO LAGUNA

EL ADORNO DE TU CASA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario